jueves, 15 de noviembre de 2007

TERCER TEXTO PARA ANALISIS PERSONAL (EN BLOG)

(Vincular el análisis con elementos de gestión)


El Mercurio, Santiago, Lunes 12 de noviembre de 2007

Proyecto Un Buen Comienzo: U. de Harvard impulsa un programa para mejorar la formación preescolar en Chile

La iniciativa del plantel norteamericano busca que los niños lleguen a 1º básico manejando un amplio vocabulario.


Manuel Fernández Bolvarán

Las parvularias del colegio Luis Arrieta Cañas (D-212) están felices. Hasta hace unas semanas, sus niños principalmente se comunicaban moviendo la cabeza o apuntando con el dedo lo que querían. "Ahora no, están hablando más, con palabras nuevas, oraciones bien construidas y nos piden las cosas por su nombre", cuenta la "tía" Marcela Sánchez.

Son los primeros resultados visibles del proyecto Un Buen Comienzo (UBC), que la Universidad de Harvard está probando como piloto desde agosto en cinco centros de Peñalolén. La idea es desarrollar una metodología para entregar una formación preescolar de calidad, la que, de ser exitosa, podría sentar las bases de las políticas nacionales en el tema.

El proyecto surgió a partir de un seminario que organizó la oficina de Harvard en Santiago el año pasado. En vista de los logros de los programas impulsados por la universidad estadounidense en Ohio y California, el Ministerio de Educación les pidió elaborar un programa.

Mejores prácticas

"Investigamos y seleccionamos lo mejor del conocimiento internacional y de las prácticas nacionales para transmitirlo a los profesores chilenos", explica Steve Reifenberg, director ejecutivo del centro Harvard en Chile.

El foco de UBC está puesto en desarrollar el vocabulario y las habilidades lingüísticas de los niños. "El lenguaje es fundamental y los niños, sobre todo los más pobres, tienen un gran déficit", subraya la directora del proyecto, Andrea Rolla. Asegura que "está comprobado que los niños que manejan un lenguaje limitado después tienen dificultades en el aprendizaje y la comprensión de ideas".

Algo especialmente sensible en Chile, donde se estima que, a los 6 años, un niño de sectores populares maneja tres veces menos palabras que otro del estrato alto. Una brecha que la dispar calidad de los colegios a que asisten no ayuda a remediar.

En palabras simples, el proyecto está concebido como un proceso de capacitación de las educadoras y técnicos parvularios que se extenderá por dos años y que busca darles estrategias concretas para que desarrollen el lenguaje en sus alumnos. Los ejes de la propuesta (ver infografía) se transmiten a los profesores en reuniones que se hacen una vez al mes.

Hasta el momento, se les ha enseñado a usar pedagógicamente el espacio de la sala, realizar actividades cotidianas de lectura, prevenir enfermedades para mejorar la asistencia y hacer talleres para involucrar a las familias.

"Les damos herramientas y luego hacemos un seguimiento en clase por varias semanas para ver cómo las van implementando. Es la única forma de que los cambios realmente ocurran", plantea Rolla.

Primeros efectos

"Nosotras sabíamos que es importante el vocabulario, la comprensión, la lecto-escritura emergente. Pero acá nos enseñaron herramientas para aterrizar esas ideas en actividades concretas", explica Nancy Ortiz, parvularia del colegio D-212.

Se nota en pequeños detalles. Como que la sala tenga un rincón especialmente habilitado para leer, o que esté anotado el nombre de todos los objetos que aparecen en los dibujos que adornan la sala. "Además, se les enseña a los profesores a generar diálogos con los niños, les damos técnicas para generar respuestas que vayan más allá del 'sí' o 'no'", señala Mercedes Rivadeneira, investigadora del equipo de Harvard.

"Una mamá vio el otro día a su niño expresándose fluidamente, leyendo algunas palabras y se emocionó hasta las lágrimas. Decía que no sabía que su hijo fuera tan inteligente", cuenta la parvularia Angélica Cabello.

De todos modos, Reifenberg prefiere ser cauto: "Estamos muy entusiasmados, convencidos de que esto va a ser muy importante. Pero estamos recién empezando y no podemos cantar victoria todavía".

Aporte privado

"Si bien el proyecto surge de una inquietud pública, es una inversión del sector privado", explica Steve Reifenberg. De hecho, Un Buen Comienzo cuenta con aportes económicos de la Fundación Educacional Oportunidad (presidida por Andrónico Luksic) y el Centro de Estudios Idea (de Fernando Larraín).

Además, recibe el apoyo técnico de Unicef y el Banco Mundial. Por último, la iniciativa también es respaldada por el Ministerio de Educación, Integra, Hogar de Cristo y la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji).

Por cada dólar invertido en educación preescolar, el país gana 9 dólares en capital humano a futuro, dice el Nobel de Economía James Heckman.


Pensando en los más chicos

"Ha aumentado mucho la cobertura del sistema preescolar en estos dos años. En ese contexto, este proyecto busca avanzar en la calidad de esa educación en Chile".

STEVE REIFENBERG
Director ejecutivo del
Centro Harvard en Chile


"La clave del proyecto es cambiar las prácticas pedagógicas. Y la única forma de lograrlo es con una intervención de largo plazo, que incluya capacitaciones y acompañamiento en sala".

ANDREA ROLLA
Directora nacional de
Un Buen Comienzo


"Las profesoras nos dicen que los niños se activaron, se pasan todo el día haciendo preguntas del tipo ¿qué es eso? ¿por qué pasa eso? Un niño que pregunta está aprendiendo".

MERCEDES RIVADENEIRA
Investigadora del equipo
Un Buen Comienzo


"Para el Estado es obligatorio promover la educación parvularia y garantizar el acceso gratuito y el financiamiento fiscal al segundo nivel de transición, sin que éste constituya requisito para el ingreso a la educación básica". Constitución Política de Chile